La importancia de los plazos de recogida y entrega en el transporte de mercancía

Tanto en el trabajo como en casa nos vemos obligados a aceptar hábitos o costumbres que no nos gustan del todo, pero que acabamos aceptando como algo normal. Dentro de estas constumbres podríamos decir que están los plazos de recogida y entrega en el transporte de mercancía. En ocasiones parece que estamos obligados a aceptar la impuntualidad. Pero nos hemos parado a pensar en, ¿cómo afecta esto a nuestra empresa?, ¿y a nuestro negocio?, ¿qué soluciones hay para estas deficiencias?

¿Qué implicaciones tienen los plazos de recogida y entrega en el transporte de mercancías?

La elevada carga de trabajo de las empresas de transporte ha retrasado la aplicación de mejoras en el campo de la planificación en la gestión de los envíos. A consecuencia de un elevado número de incidencias, se ven obligadas a sustituir la planificación por la gestión, donde la excepción es la regla, añadiendo así un alto nivel de estrés. Estas incidencias son normalmente cambios en el número de cargas transportadas a última hora, mercancía que no llega, mercancía que no está preparada, etc… Esto se traduce a esperas, cambios de horario, encarecimientos del envío, cancelaciones, problemas en la optimización de la flota o en disponibilidad de vehículos, etc.

Por desgracia, hay una incidencia que afecta a la capacidad del transportista de prestar un servicio excelente: la falta de puntualidad en los plazos de recogida y entrega.

¿Cómo afecta no ser puntual en los plazos de transporte?

• El responsable de tráfico: ante cualquier retraso, la persona encargada de la gestión de los diferentes envíos debe rehacer la planificación diaria de los vehículos. Su objetivo es optimizar la ruta de su flota. Tendrá que adaptar la ruta al nuevo horario, realizando una nueva distribución de las recogidas o entregas. Esta gestión se realiza a través de continuos emails y llamadas, que sólo consiguen que mucha información se pierda, que el estrés aumente, y que las posibilidades de que se cometan errores se incrementen exponencialmente.
• Transportista: puede ser el origen de la incidencia verse afectado por algún retraso en la recogida y entrega por parte de las empresas al no estar preparada la mercancía, factores externos como tráfico o meteorología, problemas en el vehículo, tiempos de conducción y descanso.... Un retraso para el conductor le lleva a conducir con un mayor estrés, lo que le llevará a realizar una conducción más rápida y consecuentemente quizá más temeraria. Únicamente por su buena intención de llegar siempre a tiempo y hacer su trabajo con la máxima profesionalidad.
  

• Mercancía: cada operación de carga o descarga o manipulación realizada bajo circunstancias de estrés aumenta las probabilidades de que ocurra un accidente con ella. El riesgo es directamente proporcional al nivel de estrés.
• Empresa: al final la parte más afectada por estas circunstancias ocasionadas por la falta de puntualidad es la empresa expedidora o receptora de la mercancía que espera que sea transportada en el horario prometido. Su negocio puede verse seriamente perjudicado por dicho retraso, es probable que su operación sufra problemas de productividad y/o gastos de reorganización. Incluso de paradas de producción por falta de mercancía.

Por tanto, como se puede ver en los anteriores puntos, un retraso en los plazos de recogida o entrega de la mercancía afecta a todos los niveles y a todos los implicados dentro del sector del transporte.

En el día a día parece muy complicado realizar cada uno de los envíos con puntualidad debido a la diversidad de factores que pueden afectar al normal desarrollo del envío.

¿Es posible ser puntual como hábito y no como excepción?

Creemos que la mejor forma de responder a esa pregunta es proponer la siguiente solución: una gran red de transportistas profesionales y un gran equipo de operaciones.

Incidencias derivadas del propio negocio del cargador

Durante la producción y manipulación de la mercanc��a se generan cambios de volúmenes, de número de mercancías a transportar, retrasos, etc. Estas incidencias o cambios generan prisas e improvisaciones en la gestión del envío que incrementan las probabilidades de desajustes entre el vehículo asignado para dicha carga (antes del cambio) y el vehículo óptimo para la carga (tras el cambio).

Incidencias derivadas de imprevistos

Factores imprevistos o de fuerza mayor, como el corte de una carretera o con inclemencias meteorológicas, la probabilidad de retraso aumenta, y sobre todo disminuye la capacidad del gestor tráfico para resolverla. Por otro lado, tenemos las causas o imprevistos típicos derivados de los problemas del día a día: averías, problemas de salud del transportista, etc.

Urgencias

Hay veces que surge un envío urgente, y ahí la planificación no existe. Simplemente un cliente te pide algo y tú debes atenderle. Esta urgencia normalmente se traduce en un coste mayor en el transporte.

Conclusiones

Sabemos que es prácticamente imposible resolver todos los problemas e incidencias que pueden poner en riesgo el cumplimiento de los plazos de recogida y entrega de tu mercancía. Pero también sabemos que disponemos de una solución donde lo habitual (el retraso) se convierta en la excepción. Esta misma solución también sirve para que el estrés que hoy sufren las empresas por envíos urgentes, que creen de imposible o difícil realización, bien por el plazo o bien por el precio, no sea tal, y que de esta forma consigan atender las necesidades de sus clientes sin perder un ápice de competitividad.

Todo esto es en parte posible porque la era digital y la innovación también se están abriendo paso en el sector logístico y del transporte.